Hilo rojo en la muñeca izquierda para proteger al bebé

¿Has escuchado alguna el mal de ojo? las personas con una fuerte mirada podrían provocar este mal. La Kabbalah; una antigua sabiduría de hace más de 4,000 años que revela nos, dice que sí.

¿Alguna vez has visto a un bebé o alguien con un hilo rojo atado en la muñeca izquierda?

También las mujeres embarazadas se atan alrededor del vientre una cinta roja con el fin de proteger al futuro bebé que llevan dentro.

El llamado comunmente Mal de Ojo y envidias, no es brujería; sino un sentimiento que despierta la ira, envidia o el resentimiento en muchas personas. Esto puede suceder de manera consciente o inconsciente y aunque no te des cuenta de ello, tendrá un efecto en tu vida.

¿Cómo evitamos esto y podemos proteger al bebé?
Desde años atrás existe la creencia de que el Hilo rojo, sirve para proteger de las miradas envidiosas y malas intenciones.

Este hilo lleva contigo desde tu nacimiento y te acompañará toda la vida, tensado en mayor o menor medida, más o menos enredado. Así es que, el Abuelo de la Luna, cada noche sale a conocer a los recién nacidos y a atarles un hilo rojo a su dedo. Un hilo que decidirá su futuro, un hilo que guiará estas almas para que nunca se pierdan… La leyenda versa así:

Existe una leyenda oriental (‘El hilo rojo’)
Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino estaba viviendo una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.

Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo.

La búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con una bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invitó a ponerse de pie.

Hizo que el joven emperador se acercara y le dijo: ‘Aquí termina tu hilo’, pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que la bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y la encerraran.

Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y llegó el día de la boda.

Y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.

La mujer con la que iba a casarse… era el bebé que sujetaba la campesina. La bruja no le engañó. El destino les unió definitivamente.