Seguramente habrás escuchado que las mujeres embarazadas son muy emotivas y tienden a llorar en el embarazo. Esto se debe en gran parte a los cambios hormonales, que se desarrollan desde el momento de la gestación y que se afianzan con fuerza, a través de las semanas y los meses.
Es normal que se sientan mucho más sensibles, que de costumbre y en ocasiones desconcertadas ante tantas emociones juntas y llorar es una forma de expresar todo lo que tienen por dentro.
Muchas de las mujeres que serán madres por primera vez, se sienten nerviosas y no comprenden porque sienten ganas de llorar en el embarazo, lógicamente piensan que no tiene sentido, que en una de las etapas más felices de sus vidas, sientan la necesidad de derramar sus lágrimas como si fuese justamente todo lo contrario a la alegría de ser madres.
Es completamente normal tener esos episodios con frecuencia, pues forma parte de los síntomas del embarazo y está muy ligado a los habituales cambios de humor. Este síntoma se puede presentar, incluso desde las primeras semanas de embarazo. Toma en cuenta que los cambios en tus hormonas, afectan esos pequeños neurotransmisores, que envían señales químicas que se encargan de tus estados de ánimo.
Sentir intensamente el embarazo
Gracias a que como madres, nos encontramos más sensibles a los factores externos, como relaciones personales con la familia, la pareja, amigos, relaciones laborales e incluso una simple interacción en la tienda; nuestras emociones están a flor de piel y nos veremos más afectadas que de costumbre hacia cualquier gesto, palabra o situación que nos rodee.
Es normal sentirse abrumada ante tanta información y circunstancias en el día, y llorar en el embarazo es una forma que tiene nuestro cuerpo para drenar, liberarse y aligerar un poco la sobrecarga emotiva y sentimental de la que somos foco, durante el embarazo.
Caer en cuenta de que estas esperando un bebé no es cosa fácil, una cosa es imaginarlo y otra es vivirlo, por lo que podría convertirse en una experiencia intensa y es normal sentir miedo, mucha sorpresa, alegría y también impaciencia, no solo por ver nacer a tu pequeño, sino porque simultáneamente vives situaciones con los cambios en tu cuerpo, las sensaciones incomodas y las molestias.
Tomate tu tiempo para estabilizar tus emociones
No te alarmes, a partir de los seis meses lograras estabilizar tus emociones, pues te habrás acostumbrado con éxito a los cambios hormonales, que se reflejaron en tu cuerpo y será sencillo ubicar las emociones que te hacen sentir abrumada, pudiendo estabilizarte y reconfortarte, sin caer en dramas innecesarios; además ya estarás lista y la aceptación será un factor importante en haber asimilado, que pronto serás una feliz madre.
Debes tomar en cuenta que durante las últimas semanas podrías sentirte asustada, estresada y volverán las ganas de llorar durante el embarazo porque se acerca el gran momento del parto y temes que algo salga mal, o sientas inseguridad por no saber si serás una buena madre o si tu bebé te querrá.
¡Animo! Tienes mucho amor y felicidad para dar y recibir
No te dejes llevar por esos pensamientos, eres una mujer con mucha capacidad de amar, y esa angustia por tu bebé que aún no conoces, ni sabes cómo lucirá es la mayor prueba de tu amor incondicional.
Un pequeño necesita de ese amor, de la dedicación que has puesto por preparar su habitación, hablarle de cosas hermosas, sonreír y disfrutar para que el también sea feliz. Todo saldrá bien, no debes caer en angustias que te nublen el ánimo.
Acepta esos cambios de humor como algo tan natural, como los cambios en tu cuerpo, y veras como podrás sobrellevar la situación.